lunes, 10 de septiembre de 2012

La cuerda de la vida




Cuentan que un alpinista desesperado por  conquistar el Aconcagua, inició su travesía después de años de preparación.  Pero quería la gloria para él solo, por  lo tanto subió sin compañeros.

Empezó a subir y se le fue haciendo tarde, y más  tarde. No se preparó para acampar, sino que siguió subiendo decidido a llegar a  la cima, hasta que se hizo la oscuridad. La noche cayó con gran pesadez y en la  altura de la montaña; ya no podía ver absolutamente nada. Todo era negro, cero  visibilidad, no había luna y las estrellas estaban cubiertas por las nubes.

Subiendo por un acantilado, a solo 100  metros de la cima, resbaló y se desplomó por los aires... Caía a una velocidad  vertiginosa, sólo podía ver veloces manchas más oscuras que pasaban en la misma  oscuridad y la terrible sensación de ser succionado por la gravedad.

Seguía  cayendo... y en esos angustiantes momentos, le pasaron por su mente todos los  gratos y no tan gratos momentos de su vida. Pensaba que iba a morir; sin  embargo, de repente sintió un tirón muy fuerte que casi lo partió en dos... Sí, como todo alpinista experimentado, había clavado estacas de seguridad con  candados a una larguísima soga que lo amarraba de la cintura.

Después de un  momento de quietud, suspendido por los aires, gritó con todas sus fuerzas:  -"¡¡¡Ayúdame Dios mío!!!..."  De repente una voz grave y profunda de  los cielos le contestó: -"¿ QUÉ QUIERES QUE HAGA, HIJO MIO ?"  -"Sálvame, Dios mío " -"¿REALMENTE CREES QUE TE PUEDA SALVAR?"  -"Por supuesto, Señor " -"ENTONCES CORTA LA CUERDA QUE TE  SOSTIENE..."

Hubo un momento de silencio y quietud. El  hombre se aferró más a la cuerda y reflexionó... Cuenta el equipo de rescate que al día  siguiente encontraron colgado a un alpinista muerto, congelado, agarrado  fuertemente con las manos a una cuerda...A TAN SOLO DOS METROS DEL SUELO...

¿Y tú ? ¿Qué tan confiado estás de tu  cuerda? ¿Por qué no la sueltas?

© VALZAM

viernes, 18 de mayo de 2012

Poemas

Es la casa un palomar
 y la cama un jazminero.
 Las puertas de par en par 
 y en el fondo el mundo entero.
         
 El hijo, tu corazón 
 madre que se ha engrandecido.
 Dentro de la habitación
 todo lo que ha florecido.             

Miguel  Hernández
                           

Dime desde allá abajo 
la palabra te quiero.
¿Hablas bajo la tierra? 

Hablo con el silencio. 
¿Quieres bajo la tierra ?

Bajo la tierra quiero
porque hacia donde  corras
quiero correr mi cuerpo.

Ardo desde allí bajo
y  alumbro tus recuerdos. 



En el fondo del hombre
agua removida.

En el agua más clara´
quiero ver la vida.

En el fondo del hombre,
agua removida.

En el agua más clara´
sombra sin salida.
En el fondo del hombre,
agua removida


El palomar
El palomar de las cartas 
abre su imposible vuelo
desde las trémula mesas 
donde se apoya el recuerdo,
la gravedad de la ausencia
el corazón, el silencio.
Oigo un latido de cartas
navegando hacia su centro.
Donde voy ,con las  mujeres
y con los hombres me encuentro ,
malheridos por la ausencia,
desgastado por el tiempo.



Cerca del agua te quiero llevar...

Cerca del agua te quiero llevar
porque tu arrullo trascienda del mar.


Cerca del agua te quiero tener

porque te aliente su vívido ser.


Cerca del agua te quiero sentir

porque la espuma te enseñe a reír.


Cerca del agua te quiero, mujer,

ver, abarcar, fecundar, conocer.

Cerca del agua perdida del mar
que no se puede perder ni encontrar.